"200 años después" seguimos en la búsqueda de la máxima la felicidad posible en Venezuela. Un país rico plagado la pobreza de sus habitantes por los cuatro costados. Reservas naturales inmensas repartidas y administradas de manera fraudulenta, inconsciente y dispendiosa.
Hoy en nuestro país las futuras generaciones sienten amenazadas sus aspiraciones de un mundo mejor, sin verdaderas opciones para emanciparse en todos los niveles de su vida.
El Bicentenario debe ser la buena nueva para el reencuentro de un país fraccionado por la enemistad, animadversión e inquina política hacia la disidencia, convertida en cisma de la sociedad venezolana sobre asuntos de trascendencia nacional gracias a la intolerancia de pensamientos plurales a los que todos los compatriotas tenemos derechos de tener y expresar.
Hagamos en este Bicentenario de la independencia honor al Bolívar vivo en la historia y no sigamos en una contienda de separación y encomio. La patria nos necesita diversos y unidos porque así un país podrá salir airoso de sus retos, Bolívar descansará en paz y nosotros seremos verdaderos hijos que honran con lealtad las aspiraciones del padre de la República quien nos enseñó "El sistema más perfecto de gobierno es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”.
Fotografías expuesta por María Andrade Rodríguez en la Galería Capirugente de la ciudad de Maracaibo, Venezuela con motivo de la celebración del Bicentenario de la Independencia. Muestra fotográfica "200 años después".